¿Este año te toca celebrar la Nochebuena en tu casa? Nada de agobios, que aquí estamos para dar ideas que te puedan echar una mano. ¿El secreto? Piensa bien el menú, invierte en productos de calidad y olvídate de otras tontunas, y echa mano del horno que, prácticamente, cocina solo. ¿Existe esto de lo que estamos hablando? Claro, echa un vistazo a estar receta de lomo de ternera a la sal que hemos encontrado en Fans del Vacuno (qué ideas más chulas tienen por aquí) y comprueba cómo llevamos razón.
Hoy no vamos a recordaros (guiño, guiño) la importancia de comprar en el comercio local, porque ya sabéis que esos impuestos se quedan en España, igual que los puestos de trabajo o el consumo que posteriormente harán los propietarios y empleados de esa tienda. Eso está muy claro. Hoy sólo vamos a intentar dar algún motivo para trabajarnos los regalos de esta Navidad porque, aunque seamos pocos, aunque festejemos menos, celebrar estas fiestas será nuestra victoria sobre 2020.
Hazlo especial. En tu ciudad no lo tienes todo, como sí que pasa en internet. Por eso vas a tener que trabajarte un poco más el regalo. Pero, piénsalo, si compras en casa estarás haciendo un doble regalo, porque un comercio abierto, un empleo, repercute en todos.
Con las pocas oportunidades que hay para salir de casa y hablar con gente diferente, ¿por qué desaprovechas esta? Sal, pasea, entra en tienda, pregunta. Sabes que el pequeño comercio destaca por su atención personalizada. Utilízalo.
¿Y si compras un regalo solidario? Acércate a las ONG y asociaciones de tu ciudad, seguro que tienen regalos benéficos.
Otra idea es regalar servicios locales, como un tratamiento de peluquería o estética, unas clases de música, punto o cualquier otra afición, un entrenamiento personalizado, una sesión de fotos… las ideas son infinitas.
Te parecerá una locura, pero para nosotros es un regalazo. ¿Y si regalas un solomillo, un T-bone o cualquier otro corte de ternera? Pregunta a tu carnicero, que seguro que te prepara un lote especial envasado al vacío para que se conserve bien, lo envía a la otra punta de España o te prepara una tabla chula. No se me ocurre un mejor regalo para el año en el que una pandemia mundial no enseñó qué es urgente, importante o imprescindible.
Y si aún así no encuentras el regalo perfecto, entra en internet y escribe directamente a esa pequeña tienda. Lo agradecerá.
Parece que sí, que finalmente el frío ha roto su tregua y llega con fuerza. No nos quejemos, que estamos en diciembre, aunque todos sabemos lo que significa el invierno segoviano… pero como buenos expertos, tenemos las armas para combatirlos. Abrigos, gorros, buenas botas para el exterior y, como no, un buen caldo para calentarse por dentro. Hoy, gracias a lo bien que cuentan las cosas en ¡H! Cocina, vamos a rescatar el caldo entre los caldos, el fondo oscuro que sirve como base para hacer muchísimas recetas.
Un básico de la cocina que te ahorrará tiempo, dinero y las ganas de cocinar con polvos y cubitos raros, que no están mal para un imprevisto pero sólo para eso, para usarlo de forma ocasional.
Y, como siempre, aprovechamos para recordaros otras recetas de sopa que hemos publicado alguna vez porque, ya sabéis, en la variedad está el gusto. Y ya hemos dicho que el invierno segoviano es largo. A disfrutarlo.
Sí, has leído bien. No es ninguna broma por los Santos Inocentes (no sé por qué, no me acaba de hacer gracia esta fiesta). Hoy vamos a ponernos el mantel de cocinillas peripuestos para preparar (a ver si puedes decirlo sin respirar) tartar de vacuno picante con corteza de fideos sobre colinabo frito con coulis de pepino y brotes. Toma ya. Todo siguiendo las órdenes de la revista Beef!, que siempre nos da muy buenas ideas.
Ingredientes para cuatro bolitas:
Tartar:
100 gr de filete de vacuno
1 jalapeño pequeño
1/2 cebolla roja pequeña
sal marina fina
4 hojas pequeñas de col puntiaguda
50 gr de fideos somen
1 CC de aceite de sésamo
10 ml de aceite de cacahuete para cocer
Coulis de pepino
75 gr de pepino
25 gr de yogur cremoso
1-2 CC de aceite de limón
pimienta negra recién molida
Colinabo
1/4 de colinabo
1 CC de mantequilla
Vinagreta
1CC de aceite de sésamo oscuro
1 CC de vinagre de arroz
1 CC de salsa de soja japonesa
1/2 CC de salsa hoisin
1/2 cc de pasta de miso
Además, d CS de hojas de brotes de hoja ancha (como Borage Cress)
Al lío:
Cortar en dados pequeños el filete de vacuno refrigerado. Partir el jalapeño de dos a lo largo, despepitar y cortar en dados pequeños. Pelar la cebolla y cortar también en dados pequeños. Mezclar todo y salar.
Escaldar la col puntiaguda en agua salada hirviendo, después lavar con agua helada y secar minuciosamente. Colocar las hojas de col respectivamente en un trozo apropiado de film transparente. Poner en cima el tartar, Con ayuda del film, hacer bolsa con las hojas y enrollar firmemente. Almacenar brevemente en un lugar frío.
Cocer los fideos en agua salada hirviendo hasta que estén al dente, después lavar con agua fría y dejar escurrir. Mezclar los fideos y 1CC de aceite de sésamo. Cortar 4 cuadrados del film transparente (cada uno de 20 cm de lado aprox) extender en una superficie de trabajo. Cubrir de forma homogénea con los fideos. Cubrir cada uno con otro trozo de film. Pasar un rodillo de cocina por encima, presionar y alisar. Después retirar el film superior.
Separar del film las bolitas de tartar enrolladas, recortar las hojas que sobresalgan. Colocar las bolitas sobre los platos de fideos. Enrollar firmemente las bolitas con ayuda del film en los platos de fideos. Refrigerar aproximadamente 4 horas.
Pelar el pepino y despepitar, cortar en dados y triturar fino con la batidora junto con el yogur y el aceite de limón. Salpimentar el puré. Pelar el colinabo y cortar en rodajas muy finas con ayuda de una mandolina de verduras o un cortador de fiambre., Recortar las rodajas para que queden redondas, (aprox 4 cm) en caso necesario. Calentar mantequilla en una sartén, freír el colinabo por ambos lados 1-2 minutos hasta que quede de color tostado claro. Mezclar los ingredientes para la vinagreta, condimentar con sal y pimienta.
Antes de servir, calentar el aceite de cacahuete en una sartén a 175 grados. Freír las bolitas de tartar hasta que queden crujientes. Escurrir en papel de cocina. En caso necesario, dividir las bolitas por la mitad, servir con las hojas de brotes y las rodajas de colinabo. Rociar por encima la vinagreta. Batir el coulis de pepino de nuevo con la batidora y servir.
Con un nombre tan marcial, este plato no puede pasar desapercibido. Por eso el solomillo Wellington es el rey de las celebraciones. Como dice El invitado de invierno, donde hemos encontrado esta receta, quizás este plato pueda ser uno de los protagonistas de la comida viejuna navideña de El Comidista, » pero dejaréis a los comensales con la boca abierta. Y luego se la rellenáis con solomillo». Muy fan de esta chica.
La Navidad es tradición, por supuesto, pero nos encanta ofrecerte ideas originales para tener el mayor número de alternativas posibles a la hora de preparar el menú festivo. Porque a veces merece la pena complicarse un poco la vida, ¿no lo piensas al ver la foto de estas estrellas de carne de vaca de la revista Beef!? Yo, desde luego, que sí.
Ingredientes (para 4 personas)
Medio panecillo de la víspera (sólo hacen falta unos 4 gr)
1 cebolla roja
1 diente de ajo
2 ramitas de romero
60 gr de ciruelas secas (deshuesadas)
30 gr de almendras peladas
30 gr de avellanas
2 CS* de aceite de oliva
sal marina
pimienta recién molida
450 gr de carne magra de vaca sin huesos ni tendones (de la pierna o la paletilla)
1 huevo
2 CS de mezcla de especias marroquíes llamadas ras-al-hanout
aceite de oliva para engrasar los moldes y para freír
romero fresco
pimienta roja
CS (chuchara sopera)/ CC (cucharilla de café)
Con las manos en la masa
Empezamos partiendo el panecillo en trozos gruesos y remojándolo en agua calienta. Pela la cebolla y el ajo y córtalos en dados finos. Arranca las agujas de romero y pícalas en trozos gruesos. Corta las ciruelas en dados finos y pica grueso las almendras y las avellanas.
Calienta dos cucharadas soperas de aceite de oliva en una sartén y sofríe en el los dados de ajo y la cebolla. Añade el romero, las almendras y las avellanas y tuesta todo brevemente. Condimenta con sal y pimienta y deja enfriar.
Corta la carne de vaca bien fría en tiras finas y pásala por el disco intermedio de la picadora de carne. Exprime con mucho cuidado el panecillo y añádelo a la carne picada junto con la mezcla de cebollas y almendras frías, las ciruelas, el huevo y las especias ras-al-hanout. Mezcla bien todo y condimenta con sal y pimienta con alegría.
Coge un pincel y engrasa con aceite el interior de los moldes de metal para galletas (si tienes formas originales, tendrás un doble impacto) y colócalos sobre un trozo de papel de horno. Rellénalos de forma uniforme con la masa de carne picada, presiona ligeramente el relleno y moldea las galletas. Calienta un poco de aceite en una sartén, fríe poco a poco las galletas en los moldes de metal por ambos lados a temperatura suave hasta que queden crujientes. Añade el romero y fríelo junto con las galletas. Por último, con mucho cuidado, quita el molde, espolvorea los granos de pimienta por encima y sírvelas como gustes, calientes o frías.
Todos los años decimos lo mismo, «esta vez no me voy a complicar la vida. Carne, ensalada y punto». Pero no, siempre nos gusta dar un toque especial a nuestra mesa. De otra forma, no sería Navidad. Eso sí, una cosa que no puede variar nunca es el buen producto, así que corre a ver a tu carnicero de confianza y pide una buena pieza de carne de la paletilla o el cuello para preparar estas espectaculares gallegas crujientes de ternera que hemos encontrado en la revista Beef!. Si, galletas navideñas de ternera. Hasta ahora has leído bien. Sigue haciéndolo para que sepas cómo se preparan:
Ingredientes (para 4 personas)
1 cc* de comino
1 hoja de laurel
2 piezas de anís estrellado
la piel de un limón
sal marina
un poco de vinagre de vino tinto
150 gr de tentáculos de pulpo listos para cocinar
150 gr de gambas peladas
40 gr de jengibre fresco
2 dientes de ajo
1 cebolla
1 chile
1 ramillete de cilantro fresco
450 gr de carne de ternera magra, limpia de grasa y tendones (de la paletilla o el cuello)
1 huevo
30 gr de naranja confitada
30 gr de limón confitado cortado en dados finos
aceite de oliva para engrasar los moldes y freír
*CC (Cucharilla de café)/ CS (cuchara sopera)
Tiempo de preparación: 30 minutos aprox (más 50 minutos de cocción)
Con las manos en la masa:
Prepara una cazuela con un litro y medio de agua, el comino, la hoja de laurel, el anís estrellado y la piel del limón. Llévalo a ebullición y condimenta con sal marina y vinagre. Lava los tentáculos de pulpo, ponlos en el caldo, llévalos a ebullición y baja el fuego. Cuécelos unos 50 minutos y déjalos enfriar.
Aparta 5 trozos de pulpo y 3 gambas y corta el resto en dados finos. Pela el jengibre, el ajo y la cebolla y córtalo en dados finos. Limpia el chile, pícalo finito y añade el cilantro.
Corta la carne bien fría en tiras finas y pásala por el disco intermedio de la picadora de carne. Añade a la masa de carne picada el huevo, el pulpo cortado en dados finos, las gambas, el jengibre, el ajo, la cebolla, el chile, la narajan y el limón confitados y el cilantro, mézclalo bien todos los ingredientes y echa la sal.
Con ayuda de un pincel, unta el interior de los moldes de metal con aceite y colócalos sobre papel de horno. Rellénalos con la carne picada y presiona un poco, para que quede bien consistente.
Cubre ahora las galletas de carne picada con el resto de las gambas, que se pueden cortar por la mitad a lo largo, o con trozos de pulpo. Aprietalo bien sobre la masa. Ahora viene la parte más mañosa: calienta aceite en una sartén y fríe poco a poco las galletas en los moldes de metal por ambos lados a fuego bajo hasta que queden crujientes. Quita los moldes y sírvelas calientes o frías, como prefieras.
¿Qué el solomillo Wellington sólo se cocina en Navidad? ¿Qué tontería es esta? ¿Por qué no celebrar cualquier fecha con una receta tan especial? Así podemos ensayar para no arriesgarnos en la cena de Nochebuena del año que viene. Además, si lo acompañamos de unos buenos espárragos, que ahora están de temporada, sólo podemos cosechar alabanzas. Para ahorraos el trabajo de buscar por la red, os dejamos esta rica receta de solomillo Wellington con espárragos que hemos encontrado en la revista Lecturas.
No hay ingrediente humilde en nuestro recetario. Por suerte, cada vez son más los cocineros que reivindican el buen producto sin complejos, conscientes de que la calidad, bien tratada, puede conseguir platos exquisitos. La casquería vive tiempos de renovación, como muestra esta receta de embutido de lengua de ternera que el chef Ivan Cerdeño ha preparado para Provacuno.
¿Nunca has probado la lengua de ternera? ¿Y cocinada de esta manera? Pues lánzate a ello porque el resultado es sorprendente y, además, la lengua de ternera proporciona nutrientes como las vitaminas B9, B3, B12 y C, además de potasio. Y por si te gusta y quieres cocinarla de otra forma, aquí tienes otra receta de lengua de ternera en escabeche. Deliciosa.
Parece que la quinoa, el aguacate y otros super-alimentos son exclusivos de dietas raras y platos ‘instagrameables’. Pues no, nada es tan moderno ni tan viejuno para que no podamos mezclarlo sin complejos en una ensalada deliciosa. Como muestra, esta ensalada de quinoa, ternera y aguacate encontrada en Directo al Paladar, un plato sencillo, rico y muy cómodo, porque es perfecto para cocinarlo cuando no hay mucho tiempo o para organizarse y dejarlo casi listo para otro día.
Además, nos permite dar un poco de alegría a esas ensaladas, tan recurrentes en cuanto llega el buen tiempo y que, si no le damos una vuelta, pueden resultar un poco aburridas. Además, si combinamos bien las proporciones, tenemos una cena completa dentro de un único plato. Eso sí, aprovecha ahora que es temporada de aguacates.
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