Cuando has comprado un chuletón espectacular, cualquier detalle suma. Has visitado a tu carnicero de confianza, te has esforzado al preparar las brasas y te has preocupado por encontrar el punto de sal que más te gusta, ¿verdad? Pues te ponemos una tareilla más: cuida el aceite que usas. La superficie de la carne no es completamente lisa, si te fijas, puedes ver multitud de surcos y relieves que tienen que cocinarse del mismo modo. Ahí es donde entra en juego el aceite, que cubre todo el conjunto.
Además, el uso del aceite aumenta las reacciones de Maillard y aporta mucho más sabor a la carne durante la cocción. ¿Resultado? Carne más rica y dorada, que también comemos por los ojos.
Ahora bien, ¿qué aceite usamos? No todos son iguales, unos se queman con mayor rapidez que otros y algunos aportan sabor pero, sobre todo, hay que tener mucho cuidado con el punto de humeo porque, una vez que se queme, ya no hay nada que hacer.
Y puestos a probar, puedes experimentar con grasas o mantecas animales, seguro que aportan sabores muy nuevos. Gustarán o no, pero prueba, que es la única forma de averiguarlo. Ya sabes, a veces abogamos por no ser tan puristas, jeje.
«Si es muy sencillo, pones la carne al fuego y listo»
Sí, sí, hartos estamos de escuchar cosas así, pero si en todos los grupos siempre hay alguien que se encarga de la parrilla… será porque es más dispuesto, por supuesto, y porque el resto sabemos que sabe lo que se trae entre manos. Porque liarla al preparar una barbacoa es tan fácil como hacerlo bien. Sólo tienes que evitar unos cuentos errores de libro, y visitar a tu carnicero de confianza, claro está.
Ya sabes que por el humo se sabe dónde está el fuego, pero no necesitamos que haya tanto que no vemos así que primer consejo básico: carbón y leña bien secos. Y hombre, siempre escuchamos eso de que las brasas de leña de encina dan un toque especial pero, o tenemos tiempo, o el resultado va a ser nefasto. Si no somos grandes expertos, el carbón puede ayudarnos a conseguir unas brasas más que decentes en poco tiempo. Y el paladar no lo notará demasiado.
Calidad, siempre calidad sobre cantidad, que no queremos que nadie se vaya rodando. Con 400 gramos de carne por persona tenemos más que suficiente. Es perfecto si todo es solomillo, pero si queremos que la barbacoa sea un poco más económica, podemos jugar con distintos cortes, como ya os hemos explicado en otra ocasión.
Las manos, y los cuchillos, bien limpios. Ojo con no lavar bien la ensalada, hacer salsas raras con huevo y no respetar las normas de higiene básica. Ahora todos nos lavamos las manos muchísimo, pero hay que tener cuidado también con tablas, cuchillos y trapos. Si no quieres llevarte un mal recuerdo, extrema las medidas higiénicas. Este es un buen consejo para no liarla al preparar una barbacoa, y para todo en la vida.
Que no se te olvide que la barbacoa empieza en la tienda. Por varios motivos: porque tu carnicero de confianza siempre te va a ofrecer calidad, porque te va a aconsejar y porque tienes que comprar bien y conservar mejor. Recupera este post donde te contamos cómo conservar la carne con más detalle.
Aquí lo dejamos, que no queremos ser pesados. Ya ves que son pocos, básicos pero graves errores fácilmente evitables. Y para no agobiarte, como dicen los gurús del internet, vamos a ponernos positivos visualizando el éxito con este post donde te recordamos también algunos trucos para que tu barbacoa sea memorable.
El año pasado os felicitamos la Navidad con un premonitorio deseo: para, respira y disfruta de lo que tienes alrededor, decíamos. Va a ser cierto que tienes que tener mucho cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se cumpla. ¡Y nunca quisimos parar así!
Después, comenzamos el año anunciando que 2020 iba a ser el año del producto de verdad. Este año nos vamos a quedar calladitos y simplemente os vamos a desear unas felices fiestas. Pero ahora quiero recuperar estos deseos puesto que parece que este verano va a ser el de los placeres tranquilos, el de los veranos de la infancia, esos largos días en los que el frescor de la mañana, el silencio de la siesta y los grillos por la noche marcaban el ritmo de la vida. Esos días sin reloj en los que las comidas las dicta el hambre. Y como va a ser lo más importante que hagamos, ¡tenemos que hacerlo bien!
La barbacoa o parrilla (ya hablamos de trucos y de que no es lo mismo) va a ser el plan por excelencia de este verano anormal, así que vamos a darle un poquito de variedad al asunto para que cada reunión sea como tiene que ser, irrepetible.
Para nosotros, no puede ser de otra forma, la carne de vacuno es la protagonista indiscutible de una celebración. En cualquiera de sus formas. Nos gustan los chuletones casi crudos y con poco acompañamiento, el lomo de vaca vieja y de buey y las hamburguesas, pero también cortes menos utilizados, y quizás más económicos, que también están muy, muy buenos. Ya sabes, a probar hasta decidir con qué nos quedamos.
Los argentinos que, de otra cosa no, pero de tango, fútbol y carne saben un rato (viva el topicazo) disfrutan de los siguientes cortes:
Tira de asado (el churrasco gallego). Si echas un vistazo a nuestro despiece, verás que se corresponde con el costillar, pero se presenta cortado de forma perpendicular a las costillas, formando tiras que tienen dentro unos cinco o seis huesos. Es una pieza considerada de menos calidad, por lo que es más barata, pero la presencia del hueso y la grasa le dan muy buen sabor al hacerlo a la parrilla. Aquí se cortan tiras de un centímetro de grosor, mientras que en Argentina puede llegar a los ocho. Es perfecta para servirse con salsa chimichurri. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo, enfrentas los huesos a las brasas y vuelta y vuelta.
Picanha. Corte muy popular en Brasil y cada día más en España, donde lo llamamos tapilla. En Argentina se le denomina tapa de cuadril. Al ser un corte triangular cubierto por una capa de grasa, se recomienda asar la pieza entera y después ir fileteando al gusto de los comensales. Si el cocinero tiene maña, Este tipo de corte de la carne consigue los tres tipos de punto en la misma pieza: muy hecho, hecho y poco hecho.
Entraña. Yo diría que, junto con el churrasco, es el corte argentino más conocido y que ya puedes pedir sin problema en muchas carnicerías españolas. La entraña es el diafragma del animal. Para que nos entendamos, es la parte que se contrae cuando tenemos hipo. Aunque no lo parezca, es un tejido blando, auqnue la carne donde se agarra es dura porque está compuesta de tendones. Esta es la entraña gruesa, conviene diferenciarlas a la hora de cocinarlas, puesto que la gruesa, al ser más dura, tiene que hacerse durante más tiempo o sumergirse en alguna salsa. Ambas pueden hacerse a la plancha o a la parrilla.
Vacío. Otro corte argentino que también proviene de la falda. Está entre las costillas y los huecos de la cadera. Es una carne un poco más dura, pero está rodeada de dos capas de grasa que le dan un exquisito sabor en la parrilla. Cortado en porciones finas, es delicioso.
Palomita de paleta. En España se conoce como llana. Es un corte pequeño localizado entre las espaldilla, el brazuelo y el pez. Tiene forma rectangular y se cocina directamente sobre las brasas.
T-bone. Y terminamos con dos cortes bastante espectaculares, ambos norteamericanos. El T-Bone se llama así por la forma de T que dibuja el hueso al cortarse de forma transversal a las costillas. Por un lado se queda el entrecot y por el otro el solomillo. Después de esto, ¿qué más tenemos que explicar?
Y terminamos con el que,seguramente, sea el más espectacular: El Tomahawk. Simplemente es una chuleta de ternera a la que no hemos quitado el hueso de la costilla, manteniendo así una forma de hacha. Los indios americanos se defendían de los vaqueros con hachas, de ahí la denominación.
No sé como nos atrevemos a publicar una receta de churrasco de ternera al horno en plena época de barbacoas y fiestas al aire libre. No estamos locos no porque, además de defender que hay veranos fresquitos por ahí, esta receta es la excusa perfecta para enseñaros a hacer el auténtico chimichurri casero, ¡delicioso! Así que pincha en el enlace y descubre una riquísima receta de churrasco de ternera con chimichurri casero de la mano de Cocinillas de El Español.
Otro punto fuerte de esta receta es que demuestra la versatilidad de la carne de ternera. Una misma pieza, bien cortada y explicando a nuestro carnicero de confianza para que la queremos, puede cocinarse de dos formas diferentes obteniendo resultados riquísimos. Si el producto es bueno, y la compañía más, la velada va a resultar perfecta cocines como cocines.
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